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La hipertensión gestacional, también conocida como hipertensión en el embarazo, es considerado como uno de los principales motivos de mortalidad materna en España y en el mundo. Por esta razón, siempre conviene saber más sobre este caso, cómo puede dar lugar y cuál es el tratamiento que ofrecen los expertos. Si estás interesad@ en el tema, no te pierdas nuestro nuevo post. ¡En MiFertilidad estaremos encantados de atenderte!
En primer lugar, conviene indicar qué consideramos como una tensión arterial alta, la cual tiene una lectura de 140/90 mmHg o más. A partir de este dato, aparecen numerosos casos patológicos según esa tensión elevada que tiene lugar durante el embarazo, pero también antes. Además, suelen ir acompañados de otros signos clínicos, como es el caso de alteraciones renales, neurológicas o hepáticas.
En este sentido, las diferentes entidades de las que hablábamos pueden clasificarse del siguiente modo:
Existen diferentes factores de riesgo que pueden dar lugar a la presencia de hipertensión durante el embarazo. Un ejemplo de ello es que sea la primera vez que la mujer consigue concebir, pero también influyen otros elementos como la edad (en caso de superar los 35 años) o llevar unos hábitos alimenticios inadecuados que dan lugar a obesidad.
Por otro lado, también es reseñable el vivir un embarazo múltiple o sufrir de insuficiencia renal. Evidentemente, también hay que tener en cuenta el historial familiar.
La relación entre hipertensión y embarazo aún es desconocida, aunque cada vez se descubren más datos relacionados con la aparición de la misma en la gestación.
Podríamos decir que tienen lugar una combinación de factores inmunológicos que se desencadenan como rechazo al componente paterno que ha sido utilizado para la concepción. Al reconocerse como cuerpo extraño, entran en juego diferentes mecanismos inflamatorios y vasculares que aumentan la resistencia en la circulación sanguínea útero-placentaria. También la disminución de irrigación hacia el feto.
Y claro, todo da lugar a manifestaciones principales como la elevación de la presión sanguínea.
En este sentido, podemos diferenciar dos bloques. Por un lado, tendríamos a la madre, que sufriría un deterioro de la función renal hepática y del sistema de coagulación en la sangre.
En cuanto al feto, éste viviría una restricción del crecimiento intra-uterino, no desarrollándose con normalidad. También tendría lugar una reducción del líquido amniótico e incluso podría dar lugar la muerte fetal, entre otros.
Todo variará según la severidad del caso. Lo más importante, independientemente de que sea leve o severo, es modificar ciertas conductas. Un ejemplo de ello es dejar de fumar, pero también reducir el consumo de sal, el empleo de anti hipertensivos, etc.
Si la mujer sufre la eclampsia, el médico especialista determinará si continuar con el embarazo, al igual que prevendrá la aparición de convulsiones o el manejo del edema cerebral.
Aunque no existe un tratamiento específico para evitar su aparición, sí que se pueden vigilar estrechamente aquellos casos con riesgo para evitar las complicaciones y lograr que el embarazo se desarrolle sin inconvenientes.
Por regla general, el valor de la tensión arterial se normaliza una vez que se da a luz o durante la primera semana tras el nacimiento. Sin embargo, en los casos más graves, la mujer puede mantenerse hipertensa durante toda su vida.
Desde MiFertilidad esperamos haberte sido de ayuda con nuestro post sobre las causas de hipertensión en el embarazo. Si aún te quedan dudas o requieres de la ayuda de especialistas, contáctanos.
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