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Hoy en día, hay una tendencia real de programar el parto por cesárea. De hecho, el porcentaje es de lo más elevado, aun no existiendo motivos médicos para ello, una apreciación indicada también por los propios profesionales. En este sentido, en España, el número de mujeres que dan a luz de esta forma se eleva hasta el 22% (en hospitales públicos) y 42% (en privados). Y, si bien es cierto que el parto vaginal es el método natural, en muchas ocasiones no es posible llevarlo a cabo. ¡Hoy te contamos todo en MiFertilidad!
Cuando todavía no se ha iniciado el parto, existen pocas causas por las que se puede decidir que se desarrollará por cesárea. Por lo tanto, si la mujer gestante y/o el bebé no tienen riesgos para su salud, lo ideal es esperar a que llegue el gran día y se decida espontáneamente cuál será el método y si es necesario practicar la intervención.
Esto permite que tanto el pequeño como su madre se beneficien del torrente hormonal, el cual favorece el desarrollo de los pulmones del bebé y también reduce los riesgos, que disminuyen de todos modos después de cumplir las 39 semanas.
Uno de los motivos principales por los que se puede recomendar una cesárea antes del parto se debe a un retraso de crecimiento intrauterino. Es decir, cuando los retoños dejan de crecer, llegando a un punto en el que sus vidas pueden peligrar por incompetencia de la placenta, la cual no suministra los nutrientes necesarios.
Otros motivos para indicar la práctica de cesárea antes del parto es la reducción del volumen del líquido amniótico. Esto se puede detectar a través de una ecografía y supone menos movimiento y reactividad del bebé. En caso de que el riego esté alterado, será necesario programar una cesárea.
La hipertensión arterial y preeclampsia también pueden ser una razón para frenar la gestación, al igual que la diabetes complicada o enfermedades maternas agudas o crónicas.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta las propias complicaciones que pueden surgir en el desarrollo como es el caso de placenta previa (se queda situada muy abajo), el desprendimiento de la misma, una posición no adecuada del feto…
Por regla general, este es el momento en el que se decide si llevar a cabo una cesárea o no. Esto puede deberse a que hay una hemorragia por placenta previa parcial, un desprendimiento de la misma o una rotura del útero, como principales casos. En este sentido, hay un sangrado y una repercusión sobre el estado del bebé y la madre, motivo por el que la intervención será de gran importancia.
También se puede indicar un parto por cesárea cuando se rompe la bolsa y el cordón cuelga por debajo de la cabeza, también cuando el desarrollo del nacimiento se queda estancado y hay una pérdida de bienestar fetal y/o algún riesgo para la salud de la madre, cuando el pequeño está colocado en una posición no adecuada para el parto vaginal…
Hasta hace bien poco, había ciertos casos en los que se recomendaba esta intervención en el momento del nacimiento del bebé. No obstante, hoy en día ya no están justificados y se pueden desarrollar de forma natural.
Un clásico es el parto en la posición de nalgas, que se ha atendido durante décadas mediante este método. No obstante, actualmente es recomendable valorar cada caso.
Tampoco influye el tamaño del bebé (si es demasiado grande sí hay excepciones), ni el hecho de que sea un parto gemelar o la mujer pueda venir de una cesárea anterior.
Otros casos en este sentido es que la madre tenga miopía, sufra de tiroides, problemas de corazón o diabetes, e incluso que tenga una edad superior a 35 o 40 años. Incluso que el embarazo sea debido a una Fecundación in Vitro.
Si bien es cierto que hay mujeres que durante el embarazo piden que su bebé nazca por cesárea, es una cuestión controvertida para los profesionales, los cuales pueden considerar que se trata de una intervención innecesaria.
Desde MiFertilidad esperamos haber resuelto todas tus dudas sobre el tema.
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