Tu carro está vacío
La amniocentesis puede sonarte a chino, pero se trata de un procedimiento muy popular para tener información de gran valor sobre la salud de tu bebé durante el embarazo. En este sentido, es normal que te preguntes si tú también deberías someterte a esta prueba. ¡Descubre todo sobre el tema en el nuevo post de MiFertilidad!
Tal y como hemos adelantado antes, la amniocentesis se trata de un proceso que ofrece información muy valiosa sobre el estado del bebé durante el embarazo. En este sentido, esta técnica se desarrolla extrayendo líquido amniótico del útero.
Como bien sabrás, el líquido amniótico es el líquido que rodea y protege al retoño durante la gestación, el cual también contiene células fetales y diversas proteínas. Gracias a esta dosis, se podrá determinar si el feto se desarrolla correctamente o presenta alguna alteración.
Con el objetivo de obtener el líquido amniótico, es necesario llevar a cabo una punción con una aguja fina y larga, la cual se introduce en la pared abdominal y atraviesa la pared uterina y la bolsa amniótica.
Seguidamente, la cantidad de líquido recogida ronda entre 20 y 25 ml. Una vez que se ha hecho, el agua se retirará delicadamente.
Aunque muchas mujeres piensan que la amniocentesis duele, lo cierto es que el procedimiento no es molesto y la intervención está completamente controlada a través de una ecografía, evitando así daños tanto para la madre como para el feto.
Por otra parte, la amniocentesis se realiza, por regla general, durante el segundo trimestre de embarazo. Es decir, cuando la mujer lleva entre 15 y 20 semanas de gestación.
¿Los motivos? Al haber pasado la barrera del primer trimestre, el riesgo de aborto espontáneo es menor. Además, antes de la semana 15 la cantidad de líquido amniótico es insuficiente y la membrana no es totalmente sólida para poder llevar a cabo la punción.
Tal y como hemos podido apuntar anteriormente, la amniocentesis es una prueba invasiva y, claro, esto implica que puedan surgir algunos riesgos durante la punción.
No obstante, el riesgo de aborto voluntario tras el procedimiento es inferior al 1%, siendo considerada como una prueba totalmente segura en la mayoría de los casos.
Evidentemente, gran parte de su éxito está en el equipo médico que lleve a cabo la técnica.
Por último, destacar que sí, es conveniente hacer reposo absoluto el mismo día de la punción y no hacer muchos esfuerzos en los próximos 2 y 3 días siguientes. En cuanto a las relaciones sexuales, conviene esperar al menos una semana.
En caso de tener calambres, pérdidas de líquido amniótico o sangrado, es aconsejable acudir al especialista.
Desde MiFertilidad esperamos haberte sido de ayuda e interés sobre todo lo comentado en referencia a esta prueba. Si aún te quedan dudas o estás interesada en el proceso, contáctanos. ¡Te pondremos en contacto con el mejor equipo de expertos!
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