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Entre todos los hábitos de vida saludables, el deporte se ha postulado como un imprescindible de la rutina. Y es que la realización de ejercicio físico recurrentemente aporta numerosos beneficios en cualquier etapa de la vida, resultando en un bienestar general. Sin embargo, ¿es recomendable en pacientes sometidas a tratamientos de reproducción asistida? Aunque no lo creas, es una pregunta de lo más común, y en Mi Fertilidad vamos a darle respuesta. ¡No te pierdas nuestro nuevo post!
Llevar a cabo un tratamiento de reproducción asistida y someterse a ello no es algo sencillo de sobrellevar. Ya hemos indicado anteriormente que el estrés no es un gran aliado una vez que nos ponemos en manos de los expertos, especialmente al conocer que se tienen mayores dificultades de fertilidad. Por ello, es fundamental cuidar tanto el estado emocional de los pacientes como el físico.
¿Y qué mejor manera de reducir el estrés que a través del deporte? Además de los innegables beneficios que supone a nivel físico, también incita a la relajación, desconexión y facilitación del descanso. En este sentido, los expertos recomiendan a aquellas mujeres que practican ejercicio de manera regular mantener ese hábito durante el tratamiento.
Durante la estimulación ovárica, la primera fase del tratamiento de reproducción asistida, se puede correr el riesgo de sufrir molestias abdominales, incluso de una torsión ovárica. Por lo tanto, lo más recomendable es no excederse en la realización de deporte.
Una vez que se ha finalizado esta fase, siguiendo las indicaciones de los expertos, es momento de volver a esa rutina deportista que tanto deseas. Eso sí, con actividades de intensidad baja intensidad. Un ejemplo de ello son nadar, caminar, pilates, yoga… Éstos te ayudarán a mejorar la respiración y relajación. De hecho, su práctica es de lo más recomendable durante tratamientos de reproducción asistida.
Tras la extracción de los óvulos y la transferencia de embriones, seguimos manteniendo la regla de no llevar a cabo actividades de impacto que impliquen correr y saltar. Además, también es aconsejable evitar posturas que impliquen un aumento de la presión abdominal, muy a tener en cuenta si se practica yoga o ejercicios con pesas.
Si se ha conseguido nuestro objetivo de concebir y ser padres, se recomienda realizar un ejercicio físico de una intensidad y duración del 60% de lo que se realizaba anteriormente, disminuyendo la posibilidad de recibir golpes o sufrir caídas. Por supuesto, tampoco hay que olvidar mantener otros hábitos saludables como no fumar o seguir una dieta sana y equilibrada.
A pesar de ser controlado, es evidente que el ejercicio aporta numerosas ventajas para la salud reproductiva de las mujeres. En primer lugar, ya hemos advertido su capacidad para liberar el estrés, algo especialmente importante, pues puede provocar alteraciones en el sistema hormonal evitando una ovulación normal.
Por otro lado, el ejercicio físico no sólo tonifica la musculatura, también logra un mejor equilibrio hormonal, ayudando a regular los ciclos menstruales. También sirve para mejorar el bienestar psicológico, aliviando síntomas de la ansiedad, depresión y el insomnio.
Por último, pero no menos importante, debes tener en cuenta que la práctica de ejercicio es para ambos. Una vez que estás embarazada, realizar deporte también es beneficioso para tu bebé. Y es que se ha demostrado que el feto consigue una mejora de su circulación sanguínea, recibiendo un mayor impulso de oxígeno para el metabolismo.
Esperamos que nuestra información te haya sido de utilidad. Como puedes comprobar, es posible realizar ejercicio a pesar de estar sometiéndote a tratamientos de reproducción asistida, siempre que respetes las pautas establecidas por los especialistas.
Si tú o tu pareja estáis interesados en estos procedimientos de fertilidad y tenéis alguna pregunta y/o consulta, no dudéis en consultarnos. Escribe a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. o siguenos en Twitter
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