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La laparoscopia es una técnica avanzada de cirugía reproductiva que sirve para la corrección de multitud de problemas de salud relacionados tanto como el abdomen como con el aparato reproductor femenino. En definitiva, se trata de una intervención para tratar especialmente, problemas médicos de origen ginecológico.
Es una técnica sencilla, rápida y sobre todo beneficiosa desde muchos puntos de vista. En MiFertilidad, queremos hacerte saber en qué consiste y qué beneficios puede tener en relación con la fertilidad femenina, así que ¡sigue leyendo para obtener más información!
La laparoscopia es un tipo de cirugía sencilla que se encarga de resolver problemas en el abdomen o el aparato reproductor femenino. Es un tipo de cirugía mínimamente invasiva ya que tan solo es necesario una pequeña incisión en la piel a lo largo del procedimiento evitando así cualquier tipo de lesión.
El nombre de este método deriva del laparoscopio, una de las herramientas que se utilizan y que está formada por una fuente de luz y una pequeña cámara que permitirá ver el interior del cuerpo con total precisión obteniendo imágenes en vídeo para monitorizar lo que ocurre en tiempo real.
Este procedimiento se realiza generalmente con anestesia general, aunque también se puede utilizar la epidural. De cualquier manera, garantiza una rápida recuperación y unos excelentes resultados. ¡Tenlo en cuenta!
¿En qué situaciones es realmente necesario someterse a una laparoscopia? Pues bien, en caso de tratarse de alguna afección relacionada con el sistema reproductor femenino, se suele utilizar para diagnosticar o tratar:
Aunque también se suele llevar a cabo en otras situaciones como por ejemplo un embarazo ectópico, la ligadura de trompas, histerectomía o extirpación del útero…etc.
En cualquiera de los casos, es necesario prestar atención a diferentes síntomas que podrían estar indicando alguna de estas afecciones ya enumeradas, como por ejemplo un fuerte dolor en la zona de la pelvis o el abdomen, periodos menstruales pesados o mujeres que tienen dificultad para quedarse embarazadas, ya que, mediante esta cirugía es posible detectar diferentes problemas de fertilidad como la obstrucción en las trompas de Falopio. ¡Toma nota!
La laparoscopia ginecológica se utiliza en mujeres para detectar miomas, quistes, endometriosis, histerectomía…etc. de hecho, cualquier cirugía ginecológica o reproductiva se pude abordar con este método.
Pero ¿qué relación tiene con la fertilidad? Pues bien, como hemos señalado antes se utiliza como método para diagnosticar enfermedades o afecciones, de este modo, se trata del mejor método para diagnosticar y tratar cualquier problema de fertilidad de la mejor manera posible.
¡La laparoscopia es un procedimiento mucho más sencillo de lo que crees! Para empezar, el paciente debe acudir a la cirugía sin haber comido ni bebido nada durante un periodo previo de 6 horas o más.
Seguidamente, a la llegada al quirófano se introduce la anestesia general para evitar sentir cualquier tipo de dolor durante la cirugía. Una vez inconsciente, se realiza una pequeña incisión debajo del ombligo o cerca de esa zona donde se introducirá el laparoscopio.
En caso de necesitar introducir otro tipo de herramientas quirúrgicas, se realizarán más incisiones de tamaño pequeño. ¡No te preocupes! Durante el procedimiento, se coloca un gas en el abdomen que permite expandir la región para observar correctamente la zona del cuerpo en cuestión. Una vez haya terminado la operación, se cerrarán las incisiones y se trasladará al paciente a la sala de recuperación en espera de los resultados de la intervención.
Al finalizar esta intervención, al poco tiempo, los pacientes pueden regresar a casa sin ningún impedimento. Algunos de los síntomas posteriores pueden ser somnolencia, dolor o molestia en la zona de las incisiones e incluso náuseas.
Lo mejor es reposar los días posteriores al procedimiento y, sobre todo, evitar realizar ejercicios vigorosos o levantar peso. ¡No lo pases por alto!
A diferencia de otro tipo de procedimientos quirúrgicos, la laparoscopia ofrece otros beneficios de cara a la recuperación. ¡Te lo contamos!
En primer lugar, al ser una cirugía bastante sencilla, garantiza una recuperación bastante más rápida en cada paciente además de asegurar un menor índice de complicaciones tanto a corto como a largo plazo.
Es un procedimiento con el que no se siente dolor, ni si quiera tras la propia intervención y que ofrece la posibilidad de llevar a cabo una correcta cicatrización sin a penas marcas. ¡Son todo ventajas!
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