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Durante su etapa reproductiva, una mujer cuenta con alrededor de 400 óvulos; un dato que va disminuyendo con el paso de los años. No obstante, existen diversas causas que merman la calidad de los óvulos, dificultando la posibilidad de embarazo. Y, claro, ante esto surge una pregunta muy común: ¿es posible mejorar esta situación? Hoy en Mi Fertilidad respondemos detenidamente a esta cuestión. ¡No te pierdas nuestro post!
Esta variable sólo puede conocerse cuando una mujer ha intentado sin éxito quedarse embarazada de forma natural o a través de un tratamiento de reproducción asistida.
Para ello, en la actualidad contamos con una variedad de técnicas avanzadas que nos permiten conocer la edad de los ovarios y la reserva ovárica. En este caso, el ginecólogo realizará un análisis para conocer el nivel de hormonas femeninas y una ecografía para valorar cómo funcionan los ovarios y lo que se llaman folículos ovocitos antrales.
Una baja calidad en los óvulos no se debe a un único motivo. De hecho, existen numerosos factores que pueden provocar este descenso. Entre ellos destacamos:
Una baja reserva ovárica (BRO). Toda mujer nace con un número limitado de óvulos propensos a ser fecundados. Sin embargo, tal y como hemos comentado anteriormente, esta cantidad va reduciéndose con el paso de los años hasta agotarse por completo (entre los 45 y 55 años). Tampoco hay que olvidar que a partir de los 35 años ya se produce un descenso considerable.
No obstante, la edad no es el único factor que influye en una baja reserva ovárica, también tratamientos como la radioterapia, quimioterapia o endometriosis.
Causas hormonales. Hacemos referencia a desequilibrios que alteran la maduración normal de los óvulos, llegando a provocar la infertilidad. El más habitual es el Síndrome de ovarios poliquísticos (SOP).
Defectos genéticos. Aunque se tratan de unas anomalías menos habituales, pueden ser muy variadas. Se han descrito mutaciones de los genes que pueden provocar que el óvulo no llegue a ser fecundado (codificando las proteínas de su capa externa) o que, si lo hace, posteriormente no se divida correctamente y no sea posible el embarazo.
Si bien es cierto que estos tres pilares son los más destacables, tampoco hay que olvidar otros alicientes como el tabaquismo, la obesidad e incluso problemas inmunológicos.
¡Por supuesto que sí! De hecho, existen diferentes métodos para mejorar la calidad de los óvulos. Partiendo de la base de que es fundamental seguir una dieta equilibrada y mantener unos hábitos de vida saludable, el primer paso es detectar la causa concreta del problema para personalizar el tratamiento. Algunas opciones son:
Tratamientos para la endometriosis. Por regla general, una vez que se diagnostica el problema, los especialistas apuestan por tratamientos conservadores a partir de analgésicos, aliviando el dolor en caso de que se produzca, y terapia hormonal para evitar el crecimiento de tejido endometrial.
La cirugía también entra dentro de las posibilidades, aunque suele reservarse para aquellas mujeres con endometriosis que no consiguen quedarse embarazadas ni con la ayuda de los fármacos hormonales. En este sentido, se trata de una intervención en la que se extirpan los implantes de endometriosis al mismo tiempo que se preservan el útero y los ovarios.
Estimulación ovárica. Este proceso consiste en administrar una medicación hormonal durante el ciclo menstrual, lo que servirá de ayuda para que los ovarios puedan desarrollar múltiples folículos y, así, contar con un número adecuado de óvulos. Una alternativa muy eficaz en casos de SOP y desequilibrios hormonales.
Si bien es cierto que esta técnica no es la más adecuada para todos los casos de infertilidad, su procedimiento y beneficios la convierten en la alternativa ideal para aquellas mujeres y parejas que buscan el embarazo y cuentan con una menor calidad en sus óvulos.
En primer lugar, destacaríamos la naturalidad del proceso. Durante este ciclo, la mujer recibe medicación hormonal, alterando levemente la regulación propia del organismo y propiciando la correcta maduración de los óvulos que iniciaron el camino hacia la ovulación. Mediante dosis mínimas se consigue un resultado sencillo y parecido al que ocurriría de forma natural.
Por otro lado, se acorta el tiempo de medicación. Este proceso no sólo reduce la dosis hormonal, sino el tiempo de tratamiento. ¿En qué se traduce lo anterior? En una mayor comodidad y descanso para la mujer, evitando así el estrés emocional y propiciando un mayor bienestar.
Estas son sólo algunos de los alicientes por los que apostar por la Fecundación In Vitro a la hora de llamar a la cigüeña cuando tus óvulos presentan una baja calidad. Esperamos que nuestro post te haya sido de utilidad.
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