Tu carro está vacío
Llegado el momento de querer concebir y no conseguirlo, generalmente las parejas buscan todo tipo de causas. Y, al no detectarse un problema anatómico o fisiológico, la víctima perfecta de la infertilidad siempre suele ser el estrés. Pero, ¿hasta qué punto están relacionados ambos términos? Seguro que tú también has oído en más de una ocasión lo anterior, y, si estás buscando la respuesta a la cuestión, no puedes perderte nuestro nuevo post. ¡En Mi Fertilidad aclararemos tus dudas!
Aunque son pocos los estudios que indagan en el tema, la influencia del estrés en la fertilidad es innegable. Basándonos en el estudio llevado a cabo por el Texas A&M Heatlh Science Center (EEUU), este estado o conjunto de alteraciones es capaz de reducir en un 29% las posibilidades de concebir.
Dicha investigación fue llevada a cabo durante 12 meses a 401 parejas, en las que la edad de la mujer variaba entre 18 y 40 años. Ésta concluyó que las usuarias con altos niveles de estrés (analizados a través de un examen de saliva) tenían menor probabilidad de concebir en comparación al resto.
Todo humano sufre una reacción al someterse a demasiado estrés. En este sentido, una dosis excesiva del mismo puede provocar la supresión del ciclo menstrual, una afección muy común en corredoras de maratón.
En los casos menos graves podemos hablar de anovulación o ciclos menstruales irregulares. Esto se debe a que la glándula pituitaria, al ser activada por estrés, produce mayores cantidades de prolactina, lo que se traduce en una ovulación irregular.
Y es que, debido a lo anterior, el aparato reproductor femenino puede intervenir en el transporte del óvulo y los espermatozoides a través de la trompa de Falopio o alterando el flujo sanguíneo uterino.
Evidentemente, los hombres también pueden verse afectados por este estado, reduciendo la cantidad y calidad de espermatozoides. El estudio más popular respecto al tema fue el llevado a cabo en Alemania, donde a presos condenados a muerte (bajo un evidente estrés extremo) se les practicaron biopsias testiculares. Dicha investigación reveló la detención de la espermatogénesis completa.
Por otro lado, el menor volumen y concentración de semen también puede deberse a un estrés crónico, hecho que se atribuye a bajas concentraciones de LH y testosterona.
Es de vital importancia contar con recursos que ayuden a gestionar los momentos de ansiedad que puedan surgir durante el intento de embarazo, especialmente si te estás sometiendo a un tratamiento de reproducción asistida.
Aunque tu actitud puede ser inmejorable, también debes cambiar tu rutina y la de tu pareja. Al igual que las visitas y los exámenes médicos son habituales, además debes añadir una serie de recomendaciones a tu día a día con el fin de conseguir vuestro objetivo. Entre nuestros consejos están:
Evidentemente, no hay que olvidar que se trata de una técnica de relajación, respiración y meditación. ¿Qué mejor alternativa para calmar nuestro ritmo de vida?
Esperamos que nuestra información te haya sido de utilidad. Como has podido comprobar, el estrés sí que afecta tanto a hombres y a mujeres a la hora de cumplir nuestros objetivos de concepción.
Si tienes alguna duda al respecto o quieres probar otro método de reproducción, no dudes en consultarnos. Escribe a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. o siguenos en Twitter
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