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¿Estáis buscando ser padres? ¡Genial! El endometrio forma la capa más interna de la cavidad uterina, siendo la que se prepara para aceptar y acoger el embrión durante cada ciclo menstrual. En caso de no producirse la concepción, se descama y desprende dando lugar a la menstruación. Es por ello que se trata de un tejido dinámico cuyo principal objetivo es albergar el embarazo. ¿Cómo mejorar la receptividad uterina a través del mismo? ¡Hoy te lo contamos todo en MiFertilidad!
Podríamos decir que la receptividad endometrial o uterina se corresponde al estado en el que el endometrio es óptimo para lograr la concepción y albergar el embarazo. Un estado que sucede en un determinado momento del ciclo menstrual y en el que tienen lugar numerosos factores que afectan a esta posibilidad.
Tal y como hemos adelantado, el endometrio consiste en un tejido dinámico que modifica sus características a lo largo del ciclo. En este sentido, encontramos dos fases perfectamente diferenciadas:
Fase folicular. Consiste en la fase de crecimiento endometrial, la cual está mediada a partir de estrógenos.
Fase secretora. Tiene lugar tras la ovulación y, en este caso, está mediada mediante la progesterona. Esta última permite que el tejido tenga condiciones óptimas para conseguir la implantación embrionaria de forma natural o a través de tratamientos de reproducción asistida.
Dicho esto, hay tres elementos que facilitan la implantación: la receptividad del endometrio, la calidad embrionaria y la eficiencia técnica de transferencia.
La implantación embrionaria tiene que coincidir con la fase máxima de receptividad endometrial para conseguir el deseado embarazo. Un periodo completamente definido que se extiende entre los días 6 y 10 post-ovulación (también conocido como ventana de implantación).
En cambio, independientemente de la calidad de un embrión, si éste es transferido fuera de la ventana de implantación, el endometrio no se encontraría receptivo. Por lo tanto, no podría implantarse. De ahí la importante de conocer todas las fases del ciclo menstrual.
Dentro del estudio de la receptividad uterina se pueden encontrar las siguientes pruebas:
Evaluación histológica. A partir de una biopsia endometrial o histeroscopia con biopsia dirigida.
Ecografía. Sin duda, es la técnica más empleada y, gracias a ella, valoramos el grosor y patrón endometrial previo a la ovulación y la compactación posterior.
Estudio genético. Para ello, encontramos dos tipos de estudio, el test ERA (genética transcriptómica) y test MIRA (Genética basada en microRNAs). Mientras que el primero se encarga de detectar la expresión de algunos genes para determinar el mejor momento para la transferencia, el segundo está basado en marcadores no invasivos de receptividad endometrial.
Medición de los niveles séricos de Estradiol y Progesterona.
En caso de contar con una baja receptividad uterina o endometrial, existen diferentes medios para conseguir el deseado embarazo. Desde MiFertilidad te ponemos en contacto con los mejores especialistas y clínicas de fertilidad para someterte a las técnicas más punteras y exitosas.
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