Tu carro está vacío
Las ETS, también conocidas como Enfermedades de Transmisión Sexual, han experimentado un significativo crecimiento con el paso de los años, especialmente entre la población joven. En este sentido, estos datos eran los que más preocupan a los expertos, pues la mayoría de personas tienen un gran desconocimiento en cuanto a este tipo de patologías, más allá de su condición social y educativa.
Si estás interesad@ en el tema como información personal o para transmitir todos los conocimientos relacionados a estas infecciones, no puedes perderte el nuevo post de Mi Fertilidad. ¡En él responderemos a las preguntas más frecuentes!
Durante una relación íntima, independientemente de que sea una relación estable o no, con personas conocidas o desconocidas, se ponen en juego dos cuerpos y dos microbiologías. Una práctica que siempre debe ser elegida y beneficiosa para todas las personas.
Cuando estamos a gusto con una persona, a veces resulta difícil pensar que pueda contagiarte algo malo como una Infección de Transmisión Sexual. Sea como sea, es imprescindible utilizar medidas de protección frente a enfermedades o embarazos no deseados.
De no ser así, se corre el riesgo de contagiarse. Y deberías saber que, si es tu caso, la posibilidad de contagiar a otras personas es muy elevada, especialmente en las primeras semanas. No existe necesidad de riesgo en el ámbito sexual.
La motivación para hacerse la prueba disminuye con el paso de los años hasta el momento de la práctica de riesgo. Esto se traduce en unos datos sorprendentes en nuestro país, donde entre un 25% y un 30% de las personas con infección por el VIH desconoce su situación.
Los datos médicos están protegidos por ley, así que solamente es necesario comentar el motivo de querer hacerse las pruebas al médico al que las va a solicitar. El mejor consejo es ser sincero con los profesionales sanitarios que te atiendan. Aunque pueda resultar un poco incómodo al principio, esto es parte de tu salud. Y una detección temprana puede evitar que se puedan complicar los síntomas derivados de la enfermedad.
Evidentemente, no. ¿Has oído alguna vez eso de “mejor prevenir que curar”? ¡Aplícalo! Desde el momento del contagio de una enfermedad infecciosa hasta que ésta se desarrolla hay un tiempo en el que la persona no nota ningún síntoma (periodo de incubación). Lo mejor es no esperar si has tenido relaciones sin protección.
El personal sanitario encargado de las pruebas te indicará cuándo llevarlas a cabo y si es necesario repetirlas o no después de un tiempo, aunque no se hayan tenido más contactos sexuales sin protección.
Como comprobarás, estas pruebas son totalmente accesibles, pues pueden llevarse a cabo de forma voluntaria, anónima y gratuita en la sanidad pública o en algunas ONG que las realizan.
Acudir a la cita médica en soledad es posible a partir de los 16 años. De todos modos, si se tiene buena relación con los padres-madres o familiares, siempre es un punto a favor contar con seres cercanos que apoyen todas estas decisiones.
Todo variará de cada enfermedad y de la situación de la persona. Para la mayoría de personas, basta con un análisis de sangre o de saliva. En otras ocasiones, también se recogen muestras de exudados en la boca o de alguna lesión si hubiese en el pene, el ano o la vagina.
Tal y como hemos comentado, existen diferentes tipos de pruebas. Por ello, la obtención de los resultados también puede ser diferente en el tiempo. En algunos casos, como en el VIH-SIDA, la información se ofrece en 30 minutos. En cambio, con otras pruebas se pueden tardar varias semanas o puede necesitarse una repetición a los meses.
Los profesionales sanitarios con los que has consultado son quienes mejor van a orientarte en todos los pasos cuando el diagnóstico de las pruebas haya dado un resultado positivo.
Ahora que tienes más información sobre las Infecciones de Transmisión Sexual y/o ETS, esperamos que te cuides de la mejor manera posible, protegiéndote y evitando la transmisión a otras personas.
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